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Constantine

A pesar de lo que pueda parecer, ni todos los cómics tienen como protagonistas a personajes musculosos con poderes sobrehumanos, ni estos van embutidos en espantosos y coloristas trajes de licra.

John Constantine es un buen ejemplo de lo que os contamos. Un arrogante mago ocultista británico, con un eterno pitillo en sus labios, que viste gabardina, y se debate eternamente entre el bien y el mal.

A muchos nos sorprendió que el mundo del cine se fijara en este oscuro personaje, pero más aún que Keanu Reeves fuera el actor elegido para encarnarlo.

Más allá de las semejanzas entre el Constantine de la gran pantalla y el de las viñetas, nos congratulamos al comprobar que el interés cinematográfico por el mundo de los cómics también se fija en oscuras y minoritarias series.

El protagonista de Hellblazer aterrizó en el universo de DC en los 80 de la mano de Alan Moore; apareciendo en la colección de Swamp Thing, antes de contar con la suya propia.

John es una persona cínica, un bastardo, un embaucador. Uno de los mayores magos de su generación, que combate y engaña a las criaturas sobrenaturales que pululan por Inglaterra o por cualquier otro lugar del mundo.

Hellblazer no es una lectura para corazones débiles; ni para quienes les gusten los típicos cómics de superhéroes. Es un cómic diferente, como todas las series de la línea Vértigo editada en nuestro país por Norma Editorial.

“Tiempos difíciles”, donde el veterano Richard Corben plasma las escabrosas aventuras narradas por la hábil pluma de Azzarello, es de lo mejor de Hellblazer. Una violenta historia carcelaria, particularmente dura, en la que no se escatima en violencia explícita.

Quiénes conozcan el cómic, que vayan al cine y juzguen; y los que no, que se asomen a las viñetas de Hellblazer y saquen sus propias conclusiones.